PROBLEMAS DE ERECCION
Los problemas de erección son mucho más frecuentes entre la población masculina adulta que lo que las estadísticas muestran.
La vergüenza y el miedo al ridículo hace que sea un problema que se oculte y se niegue.
La mayoría de los hombres han tenido en algún momento de su vida dificultades para lograr o mantener una erección, pero en casi la totalidad de los casos se trata de algo totalmente pasajero relacionado con causas psicológicas que, tratadas adecuadamente, se superan sin dificultad. Solo cuando la ansiedad y los pensamientos negativos hacen su aparición puede convertirse en un problema de mayor importancia.
DISFUNCIÓN ERECTIL
Se denomina disfunción eréctil a la dificultad para alcanzar o mantener el grado de erección necesario para poder tener una relación sexual satisfactoria.
Esto puede ocurrir por causas orgánicas, por causas psicológicas, o ambas. Alrededor del 30% de los varones que padecen disfunción eréctil es debida a causas orgánicas, es decir, físicas. Con lo que nos quedaría un 70% de ellos que padecen disfunción eréctil por causas psicológicas o por la interacción entre ambas: físicas y psicológicas.
Es importante tener en cuenta que la edad influye considerablemente en estas estadísticas. Se calcula que el 20% de los varones con 60 años padecen problemas de erección y, sin embargo, la estadística puede subir al 75% al llegar a los 80 años.
La erección y sus problemas se dan en diferentes tipos y grados:
– El hombre puede sentir una ausencia total de deseo y capacidad de erección.
– Puede ocurrir que la persona sienta impulsos sexuales, pero que físicamente no viva una erección.
– En otras ocasiones se puede lograr una erección parcial con determinados tipos de estimulación especial. Hay personas que sí consiguen erecciones intensas y capacidad para lograr el coito, sin embargo, sólo lo hacen a través de métodos especiales de estimulación.
– Hay varones que tienen erecciones matutinas espontáneas, pero no en otros momentos del día.
– En otras personas se dan erecciones débiles la mayor parte del tiempo, pero después de una estimulación prolongada del pene consiguen la penetración.
– Algunos hombres no han podido realizar ninguna penetración a lo largo de su vida, pero sí logran erección mediante la masturbación.
– Existen casos en los que el paciente ha realizado el coito durante algunas etapas de su vida, o con algunas relaciones en particular, y en otras no ha podido llevarlo a cabo.
CAUSAS FISICAS
Enfermedades
- Diabetes
- Presión arterial alta
- Afecciones del corazón o la tiroides
- Arterias obstruidas (aterosclerosis)
- Depresión
- Trastornos del sistema nervioso, como esclerosis múltiple o mal de Parkinson
Uso de medicamentos
- Antidepresivos
- Medicinas para la presión arterial
- Medicinas para el corazón
- Sedantes e hipnóticos
Otras causas físicas
- Niveles bajos de testosterona. Esto puede dificultar lograr una erección. También puede reducir el impulso sexual de un hombre.
- Daño a nervios por cirugía de la próstata.
- Consumo de nicotina, alcohol o cocaína.
- Lesión de la médula espinal.
CAUSAS PSICOLOGICAS
Cuando la disfunción no se trata de algo puntual y comienza a ser un síntoma que se da en más de un 25% de las relaciones sexuales y de modo continuado en el tiempo, es necesario acudir al médico especialista para que realice un examen físico y descartar una causa física que se halle en la base del problema.
Entre las principales causas psicológicas se encuentran las siguientes:
- Conflictos en la relación de pareja y falta de comunicación
- Estrés.
- Trastornos emocionales, como depresión o ansiedad.
- Situación vital de dificultad (Paro, duelo, cambios importantes…)
- Miedo al embarazo o a las enfermedades de trasmisión sexual.
El mecanismo por el cual a partir de un hecho puntual puede llegar a aparecer una disfunción erectil es muy sencillo:
Cuando, por primera vez se pierde la erección (lo que puede suceder por infinidad de causas, como ya hemos indicado), la persona se siente insegura. Esto provoca que, cada vez que se enfrente a una nueva relación sexual, empiece a tener pensamientos negativos y catastróficos sobre que pueda volver a suceder, lo cual le genera gran ansiedad. Esta situación de nervios le lleva a perder interés, lo cual hace que se sienta más inseguro, generándose aún más ansiedad cuando vuelve a darse la situación.
Acaba atrapado en una espiral que le convierte en una persona insegura y ansiosa cuando se enfrenta a una relación sexual. Finalmente se termina por evitarlas y se empieza a dudar de uno mismo, se pone en cuestión la propia masculinidad y aparece una baja autoestima que puede afectar a otros ámbitos de la vida.
¿Cómo podemos salir de esta espiral?
Lo primero es comprender porque sucede y desdramatizar la situación. Aprender a rebajar la ansiedad anticipadora y el miedo a fallar y aceptar que lo que ha ocurrido es algo muy normal y que no reviste mayor importancia.
Hay que centrarse en la parte placentera de la relación sexual y que sea un rato agradable, independientemente de que se pueda realizar una penetración o no; hay que eliminar la ANSIEDAD DE RENDIMIENTO y pensar que no solo el varón es el único responsable de que la relación funcione.
Si conseguimos “quitar la presión” la situación mejorará, sin embargo, si el problema persiste, no debemos dudar en buscar ayuda y acudir a un psicólogo especialista en terapia sexual que nos ayudará a superar la situación.
Es importante recordar que, cuanto más se perpetúe el problema en el tiempo, más difícil nos resultará volver a recuperar la confianza en nosotros mismos